En los últimos años dos tecnologías de Área amplia de baja potencia o en inglés, Low Power Wide Area (LPWA), está teniendo cada vez más relevancia en el mundo del Internet of Things. Éstas son NB-IoT y LTE-M, dos protocolos muy parecidos, pero a la vez muy diferentes. Ambos consisten en poder conectar dispositivos a internet transmitiendo pequeñas cantidades de datos a un bajo consumo/coste y así se puede obtener una duración alta de la batería del dispositivo. A continuación se va a detallar los puntos fuertes y débiles, sus características y casos de uso de cada una de ellas.

Entre las tecnologías específicas para el IoT hay dos que son especialmente relevantes por ser áreas amplias de baja potencia: NarrowBand IoT y LTE-M. Hoy nos ocuparemos de esta segunda, que es un estándar del 4G y que además dispone de su propia banda licenciada.

¿Qué es LTE-M?

El término LTE-M  significa "Long Term Evolution for Machines" (evolución a largo plazo para máquinas). Según la GSMA es una tecnología Low Power Wide Area (área amplia de baja potencia), que soporta el IoT a través de una menor complejidad de los dispositivos y proporciona una cobertura ampliada, al tiempo que permite la reutilización de la base instalada LTE.

LTE-M es básicamente una versión "ligera" de LTE (4G) con un ancho de banda de 1,4 MHz, mientras que NB-IoT es un estándar de comunicación inalámbrica dedicado al Internet de las cosas. La diferencia clave es que LTE-M admite además la transmisión de voz con VoLTE, mientras que un sistema NB-IoT transmite exclusivamente mensajes de datos.

La retirada del 2G/3G ya está aquí. Los operadores de todo el mundo ya han cerrado sus redes 2G y 3G o tienen previsto hacerlo en los próximos años. Ahora es el momento de empezar a considerar las alternativas y asegurarse de que son adecuadas para sus aplicaciones.